La inteligencia artificial y tecnología para la salud ocupa bastante espacio del salón central del enorme, colosal e interminable centro de convenciones de Las Vegas, donde se celebró la feria de tecnología CES 2024.
Entre los aproximadamente 1.000 expositores involucrados en temas de salud que llegaron al evento, Noticias Caracol pudo encontrar a un tímido asesor con una tableta de bajo presupuesto de la marca Apple. Con una simple aplicación y en tan solo un minuto, el hombre logró medir tensión arterial, ritmo cardíaco, respiración y estado mental, entre otros parámetros fisiológicos.
Para esto solo bastó mirar durante un minuto una cámara frontal, no hubo necesidad de accesorios o aparato alguno. Este caso es tan solo una muestra del poderío de la inteligencia artificial, ya no como promesa, sino como una útil realidad.
¿Cómo logran estos procesos empresas como NuraLogix?
Comparando. Le basta un minuto de medición para cotejar lo que ve contra una gran base de datos de otros seres humanos previamente medidos. Analiza no solo los movimientos de los músculos de la cara, sino también la luz que refleja la piel incluyendo longitudes de onda que los ojos no alcanzan a percibir, pero las cámaras sí.
El profesional de la salud que lea esto pensará que una medición así no es confiable y querrá usar, con muchísima razón, sus herramientas probadas y autorizadas legalmente y así verificar lo que la aplicación de NuraLogix pretende decir con solo una mirada
¿Participó un médico, paramédico, o enfermero en esta medición?
No. El cálculo y el análisis fue hecho por inteligencia artificial en segundos.
NuraLogix es una marca bastante desconocida para la gran mayoría, pero no L’Oreal. La multinacional de la belleza se presentó con toda en el CES 2024 y salió premiada doblemente en temas de salud.
La compañía fue galardonada por una aplicación para teléfonos inteligentes que indica qué tan saludable se encuentra la piel de las personas escaneándola con la cámara. El otro premio que se llevó L’Oreal fue a través de YSL Beauty, por el Scent-Sation, un dispositivo que puesto en la cabeza de un ser humano detecta respuestas emocionales a los olores percibidos.
Clinatec fue otra de las empresas premiadas gracias a sus implantes cerebrales capaces de entender señales de las neuronas de forma tal que se pueden controlar, entre otras cosas, prótesis robotizadas que permiten devolverle movilidad y autonomía a personas que lo requieran. Estas tecnologías son demasiado prometedoras y muy seguramente serán protagonistas de noticias muy positivas y esperadas.
Por otro lado, la empresa Owlet ofrece calcetines smart que monitorean parámetros del bebé y alertan en tiempo real la alteración de los signos vitales. No hay mucho de inteligencia artificial en el calcetín, pero si mucho debate ya que la FDA frenó su venta en EE. UU. al no ser un dispositivo autorizado para monitorizar salud y, según algunas asociaciones de padres, ofrece una falsa sensación de seguridad.
Este caso es un gran síntoma del vacío normativo mundial ante la embestida de la inteligencia artificial. Montones de empresas van a tener acceso a su estado de salud, (incluso mental), sin que usted sepa exactamente para qué quieren o usarán esa información. Y no hay actualmente mayor cosa que los obligue a un uso ético y tampoco los conmina a aportar datos a los sistemas de salud pública, privada o mixta.
Cunas, biberones, calcetines “inteligentes” se vieron en la feria CES 2024 en Las Vegas. Hablamos de todo lo que tenga cámaras y micrófonos en dispositivos smart, desde televisores, espejos, neveras, robots, y por supuesto los autos.
Varios de estos ya evalúan expresamente el estado mental y emocional del conductor, y cada vez toman más decisiones que salvan vidas.
Cabe recordar que los Iphone recientes pueden solicitar servicios de emergencia y notificar a los contactos seleccionados en caso de accidente o alteración peligrosa de signos vitales. La suma de todas estas pequeñas y constantes mediciones que recibe la inteligencia artificial les entrega a las corporaciones tecnológicas información muy procesada sobre los hábitos de las personas, incluyendo patrones de conducta que se pueden predecir individual y colectivamente.
Por ahora, lo único que usted puede hacer es presumir la buena fe con que se maneja su información hasta que exista una regulación seria y transparente. Algo difícil de lograr ya que varias de las más avanzadas corporaciones tecnológicas están auspiciadas y protegidas por gobiernos de cuestionable democracia.
Son demasiadas ventajas muy reales y fáciles de usar en la vida cotidiana. Tener información de nuestra actividad física, tipo de alimentación y calidad de sueño ha provocado en muchos un manejo más consciente de hábitos saludables.
Si usted tuviera que escoger entre usar o no usar tecnología de inteligencia artificial que ayude a prevenir situaciones lamentables, accidentes o que le avise inmediatamente si algún familiar está en peligro mortal seguramente aceptaría con gusto usarla.
Es urgente que todos los grandes avances tecnológicos se integren, con toda la ética y regulación necesaria a los sistemas de salud públicos, privados y mixtos del planeta para elevar nuestra calidad de vida.
Más allá del CES 2024, la inteligencia artificial es revolucionaria en temas de salud. Hay avances reales en investigación genética, clínica, farmacológica, preventiva y de diagnóstico. Grandes noticias llegarán cuando la IA se integre masivamente a la computación cuántica y a un enfoque más holístico del medio ambiente y la existencia humana.
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